jueves, 2 de diciembre de 2010
Nunca te dejare caer Cap 19
Mientras Irene hablaba con Ursula, no sabía que Bill y Tom la buscaban. Hasta que llegaron al jardín, fue cuando la vieron sentada junto a Ursula.
-¿Qué hará Irene con ella?- dijo Bill algo intrigado por la inesperada amistad de Irene con Ursula. Y cuando quiso acercarse a ella, Ina y Sabrina aparecieron frente a ellos.
-Hallo, gemelos.- dijo Ina muy feliz.
-Hallo, ¿cómo están?- dijo Tom.
-Muy bien, Los estábamos buscando por toda la escuela.-dijo Sabrina.
-¿En serio? ¿Necesitan algo?- dijo Bill con una amable sonrisa.
-Solo queremos pasar un tiempo con ustedes. ¿Es eso malo?- dijo Ina devolviéndole la sonrisa.
-Pues, no…para nada.-
-Son con los que mejor nos llevamos. Son más divertidos.- dijo Sabrina con un ligero rubor en las mejillas.
-Vamos a la cafetería chicos, tengo hambre.- dijo Ina jalando a Sabrina y a Bill de los codos.
-Sí, porque no?- dijo Tom.
-Espera…Irene…-dijo Bill quedándose atrás.
-Ella estará bien, Bill….mira que alegra está platicando con Ursula. No querrás intervenir, o sí?...Ya sabes que ambas casi no tienen amigos.- Bill la miro algo molesto, ya que él era su amigo; si Irene se sentía mal, sola…lo que fuera, sabía que podía contar con él. Pero a la vez no se podía negar que Irene necesitaba convivir más con los compañeros de su propia escuela. Al ver como Ursula le pasaba un brazo por los hombros a Irene, fue cuando decidió dejarlas solas y marcharse rumbo a la cafetería siendo jalado por Ina….
-Déjame advertirte algo, Irene…- me dijo Ursula muy misteriosa, aún con esa mirada que me congelaba.
-¿Qué?-
-Es peligroso, te metes en un mundo que, no te mentiré,…que duele. ¿Correrás el riesgo?- trague saliva pesadamente, la verdad ya me hacía dudar.
-Te recuerdo que…quieres esto….- y dio pequeñas palmadas sobre su plano vientre.- Y no es fácil conseguirlo con solo dietas ligeras y ejercicios. Necesitas algo más fuerte.- nos quedamos algo calladas, sentía mi corazón latir fuertemente contra mis costillas. Comenzaba a sentir algo de miedo.-¿Sabes que es lo que debes dejar de hacer?-
-Dejar de…¿comer?- dije como si no supiera la respuesta. Nuevamente una sonrisa, como la del gato rizón de Alicia se ilumino en su rostro, dejando ver unos dientes manchados a causa de los jugos gástricos que pasaban ó salían de su interior. Me dio asco, la verdad,….pero intente no tomarle importancia.
-Sí…..Tengo miedo,…pero….quiero hacerlo. Ya he comenzado a dejar de comer algo. No creo que sea más difícil.- dije muy nerviosa.
-Jaja, te falta un largo camino que recorrer, Irenita…..pero de una cierta forma….yo estaré ahí….para aconsejarte.-
-¿En serio?-
-Sí…..- Con una de sus manos libres, la paso por su cabello haciéndolo hacía atrás….y dejando entre sus dedos incontables cabellos. Yo mire algo asustada, y ella lo noto. Bufo por un rato al ver mis continuas expresiones de susto y asombro.
-“Para ganar algo,…debes perder mucho”, Irene. Toma eso en cuenta.- Lentamente fue posando mis ojos en los suyos.
-¿Qué….tipo…de…c-cosas…debo…p-perder?-
-Lo descubrirás con el paso del tiempo.- Y la campana volvió a sonar, arrancándome un brinco del susto. Ursula se levanto, dejándome admirar más su delgadez, una delgadez que yo esperaba tener.
-Será mejor que te vayas a tus clases.- tomo su libro y sin si quiera decir adiós, desapareció en medio de los demás,….dejándome ahí….petrificada, asustada. Sentí como la sangre abandonaba mi rostro por unos segundos. A los lejos, escuche como alguien me decía que ya debíamos entrar a clases de nuevo. Me levante rápidamente, aún sin salir de mi asombro y comencé a correr hasta mi salón antes de que me pusieran un retardo más. No sabía si lo en lo que me estaba metiendo estaba bien. –Ash, Irene….es obvio que no está bien. ¿De aquí a cuándo han considerado la anorexia y bulimia como algo bueno?- me fui regañando entre dientes. Tenía perfectamente claro que estaba mal, que no debía hacerlo….pero ni yo sigo mis propias reglas.
Durante el resto de la clase, no puse atención. Las palabras de Ursula me dejaban pensando. Debajo de mi cuaderno de Historia estaba el blog de notas dónde apunte cada uno de los tips de alimentación, ejercicios, dietas y tablas de calorías. Sentía que en lugar de ser un simple cuaderno, era como un cuchillo que yo misma iba a usar para asesinarme. Y lo peor era….que estaba consciente de eso. Sabía de los daños a los que me enfrentaría. El que no supiera todas las formas exageradas de bajar de peso de las modelos, no quería decir que no supiera que si me excedía era dañino.
Aunque mi mirada estaba pegada a la pizarra y a los movimientos de la maestra con los brazos, no ponía atención alguna a sus palabras. Mi mirada estaba perdida a la distancia, recordando todas las pasarelas de moda que he visto. Con mi barbilla apoyada sobre mi mano derecha, y con la izquierda jugando con mi cabello, pasando mis dedos por los grandes mechones; recordé como Ursula dejaba caer grandes cantidades de cabellos a su costado después de peinárselo.
-….”Para ganar algo, debes perder mucho”….- Esa frase me sonó en la cabeza como eco. Yo al contestarle si se refería al peso, ella me contesto con una sonrisa amargada “Te falta mucho por aprender”…..me dejo con una duda casi tan grande como el vació que se me formo en el estómago.
-…..Y si la señorita “Astronauta” nos hiciera el favor de aterrizar de su viaje a la Luna, nos haría un gran favor, para así continuar la clase…..- Pude escuchar la voz de la maestra.
-¡Irene, te estoy hablando a ti!-
-¿AH…QUÉ?-
-Irene, ¿qué sucede contigo, eh? Acabo de pasar tu nombre en la lista de asistencia y ni me has contestado. Por hoy tienes falta.-
-Lo siento maestra.- Detrás mío escuche algunas risitas, y yo torné los ojos en blanco.
-Sigue así Irene y tendré que pedir que te den tutorías.-
-Pero si yo nunca he reprobado nada.-
-Aún no. Si sigues así….creo que opinaras otra cosa.-
Un gran resoplo salió de mis labios. Estrellé estruendosamente mi frente contra mi banda, haciendo que algunos libros y lápices se cayeran de mi mesa. Me hacia rabiar cuando la maestra me ponía en evidencia como si fuera una tontita en frente de toda la clase.
Las horas se me pasaron así de rápido como un suspiro, y nunca puse atención a NADA. El timbre sonó anunciando nuestra gran “Liberación”. Tome mi mochila, la colgué sobre mi hombro y me dirigí a la salida. Fui rumbo a mi casillero para sacar unos libros, al momento de abrir la puerta, una pequeña cartita cayó ante mis pies. Dudosa por aquel papel, lo recogí y lo desenvolví para leer su contenido.
“No te olvides de mi.
Atte. :Bill ♥ “
Sentí como mi corazón dio un fuerte salto contra mis costillas. ¿Por qué me decía eso?...¿Yo…olvidarme de él?.....era como el dejar de respirar.
Giraba mi cabeza desesperadamente buscando los ojos color cobrizo de mi amigo, esperando encontrarlo a mi lado con su gran sonrisa. Pero no lo logré….no estaba ahí, supuse que ya se había ido. Dediqué una última mirada a la carta, admirando como el corazón estaba iluminado con pluma roja, la forma en cómo escribía la “B” de su nombre. Sí me sentí un poco mal al no pasar ese día con él, pero…necesitaba hablar con Ursula, no solo quería sus consejos para ser una modelo delgada, sino también para verme atractiva a su lado.
-Habrá más días que podemos pasar juntos, Bill.- Guardé le cartita entre dos libros de mi casillero, tomé el de Matemáticas en mis manos y con un portazo cerré el casillero. Los pasillos con los típicos comentarios de los alumnos flotando por los aires: “¿Qué harás hoy?”, “¿Dejaron Tarea?”, “Hoy saldré con mi novio”, “Mis padres me hacen la vida de cuadritos”, “El profesor me odia”….como ya lo había dicho antes, la secundaría es como una jungla. Afortunados aquellos que a los 14 años dejaron de estudiar. (NOTA: En Alemania los alumnos pueden terminar sus estudios a los 14 años si lo desean y conseguir trabajo, pero el que lleguen a conseguir no será uno muy privilegiado y les será difícil encontrar uno mejor en el futuro.) Estaba a unos cuantos pasos de la salida del edificio, pude visualizar entre la multitud a Ursula, parada frente a su casillero abierto, sacando de un bolso una botella de crema corporal; al principio no lo encontré extraño, pero si me dio mucha curiosidad el ver como aplicaba una “enorme” capa de crema en sus brazos, manos, piernas, cuello. Nunca antes había llegado a tocar su piel, supuse en ese momentos que por la gran cantidad de crema que se puso, era casi tan suave como la de un bebe. Ursula cerró su casillero y se marcho a paso veloz entre la multitud, sin saludar ni despedirse de nadie. Di un suspiro pesado. Me preguntaba por qué no le agradaba nadie, inclusive había personas que querían acercarse a ella, pero siempre los rechazaba. Pero sabía que a la vez no eran temas que me incumbieran a mí. Volví a andar con mi paso a la salida, en donde encontré la camioneta de Sonja estacionada, lista para llevarme al orfanato. Me queje un poco, porque yo quería irme caminando para hacer algo de ejercicio.
-Hallo, Irene.- Sonja abrió la portezuela de la camioneta dejándome subir.
-Hallo, Sonja.-
-¿Te parece bien acompañarme al súper mercado por alimentos? Los niños parecen devorar con todo en la casa.-
-Uhmmm, si claro, no tengo tareas.- cerró detrás de mí la puerta y se dirigió a tomar su asiento del conductor. Al llegar al supermercado, tomé un carrito y nos fuimos directo a la sección de alimentos.
-Necesitamos llevar muchas cosas. Casi ya no hay nada que comer.- ella se rio un poco ante la notoria hambre de los pequeños en el orfanato.
-Bien, vamos primero a las frutas. Llevaremos un poco de Naranjas, Manzanas, Plátano y Mango. De verduras, Apio, Lechuga, Tomate, Zanahoria y Espinacas.-
la seguí con el carrito. Miraba como guardaba las frutas en bolsas y las colocaba dentro del carrito. Cada alimento que guardaba, iba pensando en las calorías que contenían. Los había estudiado como si me fueran a hacer un examen de eso:
-“Naranja: 1 Unidad son 38kcal.”
“Manzana: 1 Unidad son 80kcal.”
“Plátano: 1Unidad grande son 108 Kcal. Debo alejarme mucho de él.”
“Mango: 1 Unidad son 56 Kcal”
“Apio: 1 taza son 18 cal.”
“Lechuga: 100 gr son 18 cal”
“Tomate: 1 Unidad mediana son 30 cal”
“Zanahoria: 1 Unidad mediana son 57 cal”
“Espinacas: 100 gr son 16 cal.”-
Hasta yo me llegue a sorprender a mi memoria de esos alimentos.
-Vamos por leche.- me indico Sonja. Yo seguía viendo y calculando los alimentos que ella tomaba y guardaba.
-“Espagueti: 100 gr = 233 Kcal.”
“Arroz blando: 1 taza= 240 Kcal.”
“Avena: 100gr= 367 Kcal.”
“Jamón: 100gr= 393 Kcal.”
“Leche entera: 1 Vaso de 200ml son 167Kcal; Pero 100gr son 64Kcal”
“Queso Mozzarella: 50gr= 166Kcal; 100gr = 333Kcal.”
“Salchichas de pavo: 1 Unidad de 45gr= 69 Kcal.”-
¡AUCH!......Si ese día no había puesto atención en clases de matemáticas, había recuperado toda esa hora perdida en los cálculos que hacía de todos los alimentos que Sonja escogía. Veía que ponía más y más alimentos, pero ya no pude calcular más…me estaba comenzando a marear. El carrito estaba a punto de desbordarse. ¿Qué tan glotones habían estado los chiquillos ahora? ¿Qué tanta comida faltaba que no me había percatado en estos días de mis primero ayunos?....
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