birthday de los kaulitz

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sábado, 24 de julio de 2010

Nunca te dejare caer. Cap 11

"Sus comentarios son muy importantes para mí. Todo comentario es bienvenido" =D






El orfanato no quedaba muy lejos, podíamos llegar caminando. Como si un mundo nuevo se hubiera abierto ante mí, no dejaba de mirar las calles de Hamburgo, su gente, sus puestos. Si no veía el verdadero motivo por el que estaba ahí, era como una linda caminata con Sandra. Solo ella y yo.

El viaje me pareció de lo más corto. No podía creer que ya habíamos llegado a la esquina, no podía creer que ya tenía que separarme de Sandra y cambiar mi vida.
-Muy bien…((sniff))…hemos llegado. Este es tu nuevo…hogar ((sniff, sniff))- Como una madre que deja a su pequeño hijo el primer día de clases, Sandra empezó a llorar y a arreglarme el cabello y la ropa. Sus lágrimas eran imparables, con el dorso de mi mano seque algunas, ella se acerco a mí para darme un gran y fuerte abrazo, ahí fue cuando yo también rompí en llanto.
-No llores Sandra, que me haces sentir triste también.- Ella tomo mi manita y la beso.
-Ay es que Irene, me es difícil contener estas lagrimas. Tú y tu padre fueron como mi familia. Así como me ves llorando ahorita, así llore el día que partir de Hanover dejando sola a mi mamá con mis hermanos. Y dejarte a ti, tan rápido, No lo puedo creer.-
-Te quiero mucho, mucho, mucho, Sandra. Por favor, nos tenemos que ver nuevamente.-
-Te lo prometo que sí, mi picolina. Y recuerda, no importa lo que te digan, lo que te hagan, si te derrumban demuestra que tú te puedes levantar más rápido. No dejes que te hagan sentir menos, tú vales mucho. Hazme la promesa que serás una niña fuerte y luchadora, si?-
-Te lo prometo Sandra ((sniff)) Tu hazme la promesa que nunca me olvidaras, porque yo nunca lo hare.-
-Te lo prometo chiquita. Es más…mira….- Sandra se quito su pequeña cadena, de ella colgaba una pequeño dije en forma de rosa.-Este tiene otro juego, el otro está en mi casa en Hanover. Quiero que te quedes con éste, y así te podre identificar en un futuro, porque estoy segura que te pondrás más hermosa en el futuro que no te podre reconocer, pero con esto lo hare. Son un diseño único, nadie más tiene uno así. Solo tú y yo.- Puso la pequeña cadena en mi mano y yo solo pude apretarla fuertemente.
-Lo cuidare con mucho cariño. Siempre amigas, Sandra.-
-Siempre amigas mi picolina. Ahora ve….Mi viaje de regresa a casa es largo, se me hace tarde.- Mientras más caminaba, mi mano más se zafaba de la de Sandra. Cuando por fin estuvimos lo suficientemente lejos como para soltarnos, me gire para tener la última imagen de ella. Ella con un movimiento leve de su mano y lanzándome un beso, se despidió, desapareciendo a la vuelta de la esquina.
“Bien Irene…ya no hay vuelta atrás. Se fuerte.”
Una suerte para mí, la gran reja estaba abierta, solo me quedaba subir un camino de asfalto y llamar a lo que parecía una gran puerta de madera.
Mis nudillos quedaron rozando la madera, no estaba segura de si hacerlo o no. “Vamos Irene, no tienes otra opción. No tienes a dónde más ir.” Por fin toque la puerta con unos golpecitos muy leves esperando a que alguien los escuchara.
Escuche el seguro de la puerta abrirse y un vacio en mi estomago se hizo presente. “Llego la hora…”

-Oh. Hallo pequeñita. ¿Qué se te ofrece?-
-Este….ehmmm….yo…- empecé a jugar con mi blusa de los nervios. – Me llamo….Irene.-
-Hola, Irene. Yo me llamo Sonja. ¿En qué te puedo servir?-
-Yo….quería……Yo…uhmmm. ¿Tienen lugar…para….alguien…cómo yo?-
-Oh Dios mío, claro que sí querida. Pasa, pero..¿Qué haces sola aquí? Es peligroso.-Al entrar en el gran lugar me di cuenta de los miles de acabados, miles de escaleras que parecían no tener fin, muchas habitaciones y oficinas, una alfombra roja cubría el piso y las paredes eran de madera.
-No es tan feo cómo yo creía.-
-¿Feo? Claro que no, este es un lugar en dónde cuidamos a muchos niñitos como tú, no debe de ser un lugar feo, querida. Dime ¿qué hacías solita en la calle?-
-Es que…no tengo familia. Acaban de morir, estoy sola.-
-Oh lindura, descuida….aquí te cuidaremos y encontraremos una familia para ti.-
-¿Me lo prometen?-
-Claro que sí. Nosotros te daremos una nueva familia. Vamos a presentarte al resto de los niños. ¿No quieres dejar tu mochilita aquí?- Abrase mi mochila negando rápidamente con la cabeza, ahí adentro tenía el tesoro más grande de mi vida, no lo iba a descuidar jamás. Sonja rio y solo me tomo de la mano mientras nos dirigíamos a lo que parecía la parte trasera, el jardín.
-Yo soy la directora de este orfanato. Cuando tengas algún problema o se te ofrezca algo, solo dímelo y yo intentare ayudarte. ¿Está bien?-
-Si….-
-Este orfanato te pagara una escuela, te dará comida, ropa, libros y , por supuesto, una familia que te quiera.- Cuando por fin salimos al jardín habían muchos niñitos, bebes y algunos adolescente jugando y platicando.-¿Quieres conocerlos?- Muy tímidamente y ocultándome tras Sonja, asentí con la cabeza.
-Chicos y Chicas, les quiero presentar a alguien.- Todos los presentes ahí se giraron a ver a Sonja. Le pusieron toda su atención y ella solo se hizo a un lado, dejándome a la vista de todos. Me miraban con curiosidad y con ternura.
-Di tu nombre querida.-
-Irene….-
-“Hallo, Irene.”- corearon varios dándome la bienvenida.
-Ella será parte de nosotros ahora. Quiero que la traten muy bien. Ahora mismo iré a mostrarle el lugar, luego podrán hacerse amigos.- Sonja me volvió a tomar de la mano y volvimos a entrar.-Les has caído bien.-
-¿En serio?-
-Sí. Ahora ven, te mostrare el lugar. Lo que es la planta baja del edificio es en dónde están las oficinas, lavandería, comedero y una pequeña sala para los que quieran algo de privacidad algunas veces. Puedes jugar ahí cuando quieras.- Subimos al primer piso.- En este piso ya empiezan las habitaciones. Nos gusta asignar habitaciones a los niños dependiendo su edad y numero de habitación. Por ejemplo, todos estos cuartos son de bebes y niños de máximo 3 años. El segundo piso es de niños de 4 a 8. Tercer piso 8 a 13. Cuarto piso de 13 y ya no hay límites de edades, ya que también recibimos a adolescentes. ¿Qué edad tienes tu?-
-Yo hace poco cumplí los 9.-
-Entonces tu habitación estará en el tercer piso. Acompáñame.- Al llegar al tercer piso abrió una puerta de madera. Dentro de ella había una niñita dibujando en una hoja de papel con plumones y acostada en el piso.
-Alice, levántate del suelo, que te quiero presentar a alguien…- Sonja me dio un pequeño espacio para que la niña me pudiera ver.
-Irene ella es Alice. Alice, ella es Irene. Será tu nueva compañera de cuarto.-
-Ya qué.-
-La ex compañera de Alice fue hace poco tiempo adoptada, entonces tú te podrás quedar aquí. Les daré tiempo para que se conozcan.- Sonja salo de la habitación y me dejo con esa niña de nombre Alice. Yo estaba muy asustada, Alice me miraba con ojos de pistola, pensé que me iría a golpear o algo así.
-¿Cómo dices que te llamas?-
-Irene.-
-Uhm, muy bien. Solo déjame dejarte algo bien claro, ok?....- Me asuste mucho en ese momento. Alice se acerco a mí con esa cara de enojo.
-S-Sí…dime-
-La cama de arriba es Mía.-
-¿Qué?-
-Exacto, la única que duerme arriba soy yo. ¿Está claro?- No pude evitar reírme, realmente pensé que me iría a golpear o algo así, solo pude soltar una risotada.
-¿qué sucede? ¿Por qué te ríes?-
-No es por nada, no es por nada…ahahah. Con mucho gusto te puedes quedar con la cama de arriba, yo no tengo ningún problema en dormir de la de abajo.- Me dirigí a la cama y puse mi mochilita.-
-¿Por qué te han traído aquí?- pregunto Alice que se sentaba en la orilla de mi cama.
-Porque estoy sola. Mi madre y mi padre han fallecido.-
-Oh, lo siento. Pero bueno, no te debes de sentir mal, todos los que habitamos en esta casa-hogar tampoco tenemos padres. No estás completamente sola.-
-¿Tu cómo has llegado aquí?-
-Mi madre me abandono hace poco en el súper mercado. Yo pensé que me había olvidado y tenía la esperanza de que regresara, pero nunca volvió, y nadie vino a responder por mí, entonces es así como acabe aquí. En unos meses cumpliré 1 año de estar aquí.-
-¿Es lindo este lugar?-
-Bueno, te dan alimento, te pagan una escuela, conoces gente, tienes oportunidad de tener otra familia, te alimentan, cuidan de ti. Sí, creo que este lugar es bueno. Te acostumbraras. La comida no está tan mal, sábes?- Ambas reímos ante ese comentario. En eso, Alice dejo salir un gran eructo y yo la mire muy divertida.
-Oops, perdón…tal vez a ti no te gusta escuchar eructos, verdad?- En eso yo tome aire y al igual que ella deje salir un eructo.
-¿Sigues creyendo que no?-
-Wao, una niña que eructa. Me agradas. Choca esos cinco. Espero que no salgas como una de las tantas “princesitas” que hay aquí.-
-Solo dame tiempo y te demostrare que no.- No llevaba ni horas de conocer a Alice y la estaba pasando muy bien riéndome junto con ella.


*********
Varios días después Sonja me presento a alguien de nombre Anke, al parecer ella también cuidaba de los niños del orfanato. Ambas eran realmente lindas conmigo. Les conté mi historia, del como había llegado ahí, del cómo me sentía. También les comente lo que me gustaba y lo que esperaba hacer y ser en un futuro. Como a todos los niños, me dieron su apoyo y comprensión. No me trataron como una más ni como una menos, solo me brindaban ese cariño que todos los niños necesitaban para ser felices en un futuro. Me brindaron ropa y alimentos. Alice tenía razón, no estaba tan mal. También Alice empezaba a ser una niña agradable conmigo, pero se me hacia raro que con los demás no lo fuera tanto así. Tal vez era porque yo en ése momentos era su compañera de cuarto.
Me costó varios meses para acostumbrarme a la diferente cama. El despertar una mañana mirando un techo que no era el mío. El salir de la habitación y no ver aquellas largas escaleras de madera que dirigían a la planta baja.
El escuchar más de una voz que no fuese la de mi papá o la de Sandra, sino de niñitos corriendo y gritando.

Cuando salía a jugar al jardín con Alice, Sonja y Anke pude notar que la mayoría de las veces la gran reja de la entrada estaba abierta, dejando la entrada a cualquier persona y también la salida a otro mundo. A la ciudad.

------((Meses después))-----
Agosto, iniciaban clases. Anke y Sonja me acompañaron a ver varias escuelas. Todas me daban igual, solo me bastaba con que enseñaran bien las materias adecuadas. Acabé escogiendo una escuela que no quedaba ni tan lejos ni tan cerca del orfanato. Una escuela pintada de colores amarillos, con grandes aulas, aéreas verdes. Me parecía un buen lugar.
Me compraron mis libros. Solo faltaban unos días por que iniciara clases. No sabía cómo sentirme, si feliz o normal. Sabía que entraría a una nueva escuela, pero yo estaba segura que nada más en la vida me podría sorprender. No después de lo que había pasado. En menos de 5 meses mi vida ya no era la misma.

******
-Bien, Irene. Tu primer día de clases. Esperamos que la pases muy bien y que no tengas ningún problema. Nostras vendremos por ti al acabar la escuela. No te muevas de la entrada, no queremos que te pierdas.- me decía Anke.
-Está bien. Las esperare. Y gracias por venir a dejarme. Nos vemos después.-
Baje rápidamente de la camioneta y con paso veloz me dirigí a la entrada. Era un camino algo largo que recorrer del estacionamiento a esas grandes puertas de cristal, al inicio no le tome importancia, pero no fue sino hasta que algunos chicos y chicas mayores que yo me miraban con curiosidad. No sé si fue mi imaginación o llegue a escuchar algunas ricitas.


Me dirigí a la lista con los nombres de los alumnos y el número de sus salones.
-Irene Staggs,…Irene Staggs….- Con el dedo fui recorriendo uno por uno los nombres hasta poder encontrar el mío.- Ajá, Irene Staggs, salón 14- Cuando quise irme de ahí me pude dar cuenta que al otro lado del pasillo unas chicas se estaban riendo en voz baja mientras me miraban. “¿Se estarán riendo de mí?” me preguntaba mientras me alejaba de ahí.
Al entrar al salón, deje mi mochila y empecé a sacar cada uno de mis cuadernos. Nuevamente escuche un balbuceo detrás de mí. “Okey, esto ya no es divertido. ¿Acaso tengo algo en la cara? O ¿pise algo?” Me palpé la cara verificando que no tuviera nada y revise mis zapatos encontrando NADA. Entonces ¿De qué se reían?

-“Esos pantalones no son de hombre?”….- escuché que decía una chica.
-“Sí, todo lo que trae puesto es de hombre. Se ve ridícula…”- Ahora entendía de que se burlaban. Las ropas que llevaba puestas, eran donadas, no eran MIS verdaderas ropas. Efectivamente eran de hombre, pero no pude hacer nada, es todo lo que el orfanato tenia para nosotros y muchos agradecíamos eso. Pero al parecer a mis nuevos compañeros les parecía ridícula mi apariencia. “Pues para mí son más ridículos ellos al burlarse de esa manera de alguien que ni conocen.” Me senté enojada en mi silla con los brazos cruzados sobre el vientre y puse una cara de disgusto. “Pff, mi primer día aquí y ya todos, sin siquiera conocerme, me están molestando. Bueno, si ellos no quieren ser mis amigos, yo tampoco quiero serlo de ellos.”

Las clases fueron pasando rápidamente. Tal y cómo me lo imagine, nadie más hacia otra cosa que hablar de mis ropas. Nadie me hablaba, No me importaba, en cuanto más alejada estuviera de ese tipo de personas groseras, mejor para mí.

“No dejes que te hagan sentir menos que los demás…” La voz de Sandra llegó rápidamente a mi cabeza, recordando todo lo que me dijo al final.

“Si te derrumban, demuestra que tú te puedes levantar más rápido….” Sandra tenía razón, No necesitaba de personas como mis "compañeros." “Desde ahora en adelante demostrare que puedo hacer todo lo que yo quiera.”

1 comentario:

Anónimo dijo...

Increíble,cada día m atrapa más la historia!' t mereces li mejor compañera,la historia es increíble y no todos tienen la facilidad d escribir una. T mando un grab saludo desd México. Atte fany.