Cronica de una noche inolvidable.
Mis vivencias el 02 de Diciembre del 2010.
Si, era hoy, podía escucharlo…Podía oír sus voces a lo lejos de donde estábamos…Y en el fondo de mi corazón, sentía un miedo profundo, ¿Y si cancelaban? O… ¿Y si era un sueño?
Uno de los que tantos tenia, y de los cuales todos parecían tan reales, que hasta los podía tocar.
En ese momento, formada en esa larga fila, me vino a la mente un sinfín de cosas, pero no quería pensar en ellos, tenía miedo y ese miedo se hacía más grande conforme pasaban las horas, pero a la vez una satisfacción se albergaba en todo mi ser.
Yo quera estar ahí, por eso había pagado cierta cantidad, solo para verlos, pero únicamente para escucharlo a él.
Varias chicas murmullaban rumores, cosas pasadas, los cotilleos llegaron hasta mis oídos, incluso malos comentarios que quise pasar desapercibidos. El sol era fulminante, el calor hacia mella en mi, tenia sed, y los vendedores no pasaban por ahí, tenía que cruzar él otro lado del estacionamiento para ir por una mísera botella de agua que no me duraría nada. No tenía mucho dinero, sin embargo no me importo, había vivido las mejores nueve horas de mi vida, y no pensaba desperdiciarlo por nada.
Conocí a un par de chicas, pero no hice gran amistad con ellas, diferencias irreconciliables supongo.
Aun no lo creía, dentro de poco tiempo estaría adentro, en el gran Palacio de los Deportes escuchándolos, deleitándome.
Aun así, para no ponerme nerviosa, de nueva cuenta revise mis cosas, y si, traía el boleto. Me moría si lo perdía.
Estaba sola, hablando con mi otro yo interno, mientras tanto veía a varias chicas pasar frente de mí, iban acompañadas por comida o agua, el agua era lo que más necesitábamos. Había olvidado comer, no tenía hambre, solo sed.
Una señora que vendía helados paso por ahí y le compré uno, era de limón y no recuerdo su costo, pero era sabroso.
Lo devoré al instante, me dio más sed, seguía viendo más y más gente, las chicas llegaban y peleaban por un lugar, yo un día antes me había quedado a dormir ahí.
«—Solo vas a perder el tiempo—»Me había dicho esa vez mi mamá, mientras yo tomaba mis cosas, lista para irme, sin importarme mucho lo que me decía, yo iba por una sola cosa, y había luchado tanto para obtener el boleto, no sería justo echarme para atrás de un día a otro.
«—No mamá—»Recuerdo que le dije, mi voz pastosa y las lagrimas recorriendo mis mejillas, habíamos discutido, ella no quería que fuera sola, pero era la única alternativa.
Aunque discutimos y pasaron muchas cosas, al final gane.
Una sonrisa se curvo en mis labios al recordar mi victoria, mire por enésima vez mi reloj de muñequera. El reloj marcaba las cinco en punto, emocionada, mi corazón palpitaba, hacia un rato había escuchado mucha bulla, porque supuestamente unas chicas habían afirmado haberlos visto llegar.
Me tape el rostro con ambas manos, ocultando mi sonrojado estado. Me di aire con mis propias manos, y exhale un suspiro cansado.
Mire mis manos, las uñas largas y finamente esmaltadas de negro, estire mis brazos como si fuese un gato y me desespérese, también hice lo mismo con mis piernas, estaba cansada, me había despertado a las cinco de la mañana, cuando había dormido a la una de la mañana platicando mil tonterías con una tokita que conocí y que consideraba como mi otro yo, todo en común habíamos tenido. Y solo no coincidimos en la fecha de nacimiento porque hubiese sido mucho.
Una chica se sentó a mi lado, tenía tres discos originales de la banda, y comenzamos a platicar en cuanto los vi. Le di un repaso al disco de Humanoid porque tenía miedo de que al momento se me olvidara la letra de la canción, ella amable accedió.
Estuve un rato mas con ella hasta que se fue, me sentí excluida, porque no conocía a nadie allí, todas me miraban raro y creo que incluso me hacían a un lado, pero en ese momento no me importo, yo iba a por una cosa.
Conocí a una simpática chica que tenia dieciocho años, y me contaba sus aventuras como adolescente, y yo las mías, reímos un poco, con ella me entretuve un rato mas para no estar sola.
Una chica mayor que nosotras con un megáfono nos dio por avisado que comenzáramos a formarnos, porque nos iban a dejar pasar ya.
Nerviosa, lo estaba, me levante y sacudí mis bolsillos traseros, y las palmas de mis manos.
Todas nos poníamos a cantar a coro. Y las ganas de verlos me entro en demasía.
Unos guardias de seguridad pasaron con altavoces diciéndonos lo siguiente:
«No se permite entrar con cámaras profesionales o digitales», y a lo que todas enfadadas replicamos, anteriormente nos habían autorizado solo entrar con cámaras digitales, yo tenía una que me había prestado mi cuñada.
Algunas se escondieron rápido la cámara digital en el busto y otras en la cinturilla de los pantalones, todo un caos.
Recuerdo que estaba tan nerviosa que no sabía qué hacer con mi cámara, afortunadamente una chica del club de fans al que pertenezco accedió guardarme mi cámara.
Después de un rato por fin podríamos pasar, todas estábamos ansiosas, nos formamos y nos fueron pasando poco a poco, pero la ansiedad fue tanta que se empujaban unas contra otras, no guardaban silencio ni el orden, estaba tan emocionada que el solo recordarlo me hace derramar unas lagrimas de nostalgia.
Por suerte, le había pedido a la misma chica que me guardo la cámara que me la diera de nuevo, porque en cuanto entráramos nos separaríamos y no podría tomar fotos.
El Palacio era enorme, jamás había ido, y me impresione demasiado.
Antes de entrar, había guardias de seguridad con un aparato eléctrico que checaba si el boleto era falso o real. Mire mi boleto, tenía miedo de que no pasara por el registro automático, a pesar de haberlo comprado en un Mix Up pero aun así la duda cabe en cualquiera.
Al ser mi turno, entregue mi boleto, la policía lo paso una vez por su aparto, y me dejo pasar, una vez adentro corrí empujándome contra otras chicas, casi me caigo de las escaleras, todo lo que había pasado durante el día valió la pena, porque por fin estaba adentro.
Me ubique en pasarela, gritábamos de la emoción, todos ahí, enérgicos, ansiosos y con evidentes marcas de lo que había sido una mala noche fuera de casa.
En medio del frio, dormir en un estacionamiento, y pasar de todo, para al final estar ahí dentro, con la adrenalina corriendo como si fuese sangre por tus venas.
Esperamos más tiempo, pues aun no era hora, pero cada vez llegaban más, y nos empujaban, perdía el aire de solo ser empujada contra cuerpos más voluminosos, y yo de mediana estatura, fruncí el ceño ante evidente situación.
Si, no soy una chica alta, apenas un metro sesenta y un centímetros, y había chicas que median un metro setenta, y no me dejaban ver ni respirar, lo que me ayudo fue que entre los empujones me ubique un lugar, donde podía estar más tranquila.
Aunque no del todo a salvo. Una chica que estaba delante de mí, tenía el cabello rizado y no me dejaba respirar, le había pedido varias veces que lo agarrara en una coleta alta porque me estorbaba en la nariz, ella molesta lo hiso, y después se le soltó.
Faltaban treinta minutos y sentía que moriría, no respiraba bien, tenia sed, y pese a todo aguante.
Veía como se llevaban a las chicas que no habían aguantado, cargando en el hombro de algún guardia de seguridad. Vi al guardaespaldas de los chicos, tan alto como ellos, le tome una foto pero no salió bien.
A las nueve en punto comenzó el intro de lo que sería Noise y la manta blanca que anteriormente cubría el escenario cayo al sonoro golpeteo de las baquetas de Gustav contra el tambor.
Mis ojos se vislumbraron con la magnífica vista, enfrente de mi estaba él…Bill, que llevaba un traje intergaláctico como en la gira anterior por Europa, no pude evitar gritar con todo lo que daba mi garganta…
Luego mire a Tom, y Georg…
Así había iniciado una noche mágica e inolvidable.
Feliz inicio de semana ^^
By: Angie
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